Sigue tu instinto y encontrarás el camino (Jacob)

Había pasado ya un día de mi llegada y todavía no había encontrado nada de lo que había venido buscando, ni siquiera una pequeña pista. Quizás mi instinto estuviera atrofiado, quizás me había equivocado.... Llegué a un bosque y sin saber como ni porqué me volví a transformar en loba, no me había acostumbrado todavía a notar tantos olores ni a muchas otras cosas relacionadas. Aullé al aire, quizás alguien lo oia.....

Me había quedado dando vueltas por un mismo lugar, me gustaba aquella zona, no sabía porqué pero me gustaba. Decidí que allí sería mi lugar para descansar, para reflexionar. Escuché unos pasos y vi a otro lobo, más grande incluso que yo. Me miró a los ojos y me pareció que sabía que no era una loba normal eso me llenó de esperanzas, pero entonces se alejó. Me tumbé triste apoyando la cabeza en el suelo. Poco después un chico vestido con un short se acercó a mi.

Levanté mi cabeza y le miré sorprendida al ver que se dirigía a mí. Me preguntó y claro en mi forma lobenza no podía responder. Intenté volver a la forma humana pero no pude. Todavía no lo controlaba, no había llegado hacerlo a voluntad todavía ninguna vez.Negué con la cabeza, no sabía a que se refería con la reserva. Detrás de un árbol tenía mi bolsa con mis datos, quería presentarme y me acerqué allí, cogí mi cartera con la boca y la dejé a sus pies, alejándome un poco.

Temí equivocarme, temí que él no supiera lo que yo era, que pensara que yo había herido a la dueña del monedero. Pero todos esos temores se dispersaron cuando me preguntó si era nueva. Afirme con la cabeza y en mis ojos se vislumbró la esperanza de ser comprendida y porque no, ayudada. Luego me preguntó si todavía no controlaba el cambio, negué y le miré pidiendo consejo. Luego se presentó. Sonreí, si es que a un lobo se le ve pensé que agradecía que estuviera allí conmigo.
Me separé un poco y intenté concentrarme para transformarme cuando pareció que lo lograba volví a la posición de loba nuevamente, empezaba a desesperarme ¿y si no podía transformarme?