Uno, dos.....vampiros a la vista (libre)

Tenía que aprender a transformarme a consciencia, no podía cambiar de forma de golpe porque podía herir a alguien, por eso dejé Forks y me dirigí a un bosque cercano para practicar. Quizás si me concentraba...... De golpe pensé nuevamente en él, no se me iba de la cabeza, le amaba más que a nada en el mundo y lo peor es que nuestras razas nos impiden estar juntos.... Tendría que encontrar la forma de poder acercarme a un vampiro sin transformarme, estaba segura que su olor no sería tan desagradable como dicen.
Dejé a un lado estos pensamientos y me concentré.....pero nada. Entonces escuché un ruido y un ligero olor asqueroso. Escalé en uno de los arboles y me quedé arriba observando quien era o eran....

el aroma me había llevado directamente a un perro... Genial, era lo que pensaba mi mente enferma de vampiro destroza perros, pero en fin, llegué hasta ahí en cuestión de segundos y el aroma no pudo enviarme a otro lado mas que a la copa alta de un arbol en donde vía a una hermosa joven que olía a perro mojado.

Enarqué mi ceja y sonreí de lado a la pequeña damisela en apuros o por lo menos eso pensaba yo. Rodeé el arbol esperando cualquier reacción de ella.

El olor se fue haciendo cada vez más inaguantable, ese vampiro desprendía un olor más fuerte que los que me había parecido. Se quedó justo a los pies del árbol y me miró. Con educación salté, al ver que no tenía intención de marcharse. -Hola- dije educadamente, parecía no tener malas intenciones. Me quedé bastante separada para intentar que el olor no fuera tan desagradable.
Me quedé pensativa después de saludarle ¿porque con unos el olor era más insoportable y con otro como....mi amado....podía soportarlo? No entendía nada...

sonreí a la chica un tanto cauteloso auqnue ella se le miraba que no tenía nio la mas minima untención de atacar, aunque aún así no valdría menos tener las mayores precauciones.

Ella saludó amablemente y sonreí de nuevo

-Hola, soy Steve tanto gusto-Aun la miraba fijamente como quien quiere grabarse la imagen de alguien aunque con el olor a perro mojado bastaba y sobraba.

Por la forma que me miraba supuse que como yo, conocía la naturaleza del otro. Aun así, me saludó e incluso se presento.
-Yo soy Layla, lo mismo digo- comenté. Suspiré intentando no inspirar aire por la nariz para que aquel repugnante olor no me fuera demasiado molesto. Todavía no controlaba mi transformación así que no quería correr ningun riesgo innecesario.
Noté un cosquilleo por la columna y me deparé un paso, esperando que se me pasara pronto... Le observé detenidamente de arriba a bajo, ¿porqué los vampiros serían tan atractivos? Me pregunté